sábado, 11 de diciembre de 2010

Calmesé, señora!!!

Como en todos los principios de mes me tocó ir al banco a pagar las expensas, solo que esta vuelta me encontré con un espécimen muy gracioso y la espera se tornó bastante amena. La protagonista en este caso, fue una señora que habrá tenido entre 75 y 80 años; y por la envergadura de la situación hubo un co-protagonista que se bancó el puesto estoico.

El escenario fue un banco muy importante, que por la ola de salideras modificó el espacio en el que se encuentran las cajas, separando las mismas de la sala de espera (o la "zona de cola"), con una especie de mampara gigantesca, para evitar que los "esperantes" vean las operaciones que se realizan del otro lado. En el lugar de espera se formaban dos colas: una para pago de servicios, depósitos chicos y esas cosas más simples; y la otra, para trámites bancarios más complejos o específicos. Nuestra protagonista estaba en el tercer puesto de esa otra cola y al poco tiempo de llegar, ya estaba muy impaciente: preguntaba a los de adelante si faltaría mucho, se asomaba a la zona vedada cada minuto y medio (detrás de la mampara), miraba hacia un lado y hacia otro, y bufaba de manera tal, que todos podíamos oírla claramente. De repente, comenzó una charla con el pibe (20 años aprox.) que estaba detrás de ella (algunas personas tienen la maldita manía de entablar conversaciones con desconocidos, en las que empiezan hablando banalidades y después terminan contando la historia de su vida, que dicho sea de paso... a quién le importa!!!!!).

SEÑORA: - Esta cola no se mueve... ¿qué pasa? Vos alcanzas a ver algo, nene??

El pibe negó con la cabeza y miró para otro lado, pero la indirecta resultó muy sutil para la vieja.

SEÑORA: - Yo vengo a hacer el trámite de la ayuda para hijos de inmigrantes, porque con la pensión no me alcanza para nada, ahora todo está tan caro, la ropa, los perfumes, uno ya no se puede comprar algo bueno porque cuesta un dineral, encima cada vez que vienen mis nietos me piden plata, yo sé que es para comprar las fotocopias de la escuela y por eso los ayudo, además son tan estudiosos y buenos, son tan buenos, hoy comen conmigo porque mi nuera está en la clínica con mi hijo que lo van a operar, por eso estoy tan apurada, que pasa con la cola que no se mueve, nene?? Andá a ver que pasa...

La cara del pibe era tremenda, la vieja hablaba sin parar en un tono cada vez más alto y encima ahora le daba órdenes, todos estábamos pendientes (sin querer queriendo) de lo que decía y el chabón no sabía que hacer para que la nona se callara la boca. En la cola paralela, ya algunos, nos reíamos en soledad con la cabeza gacha y sentíamos piedad por el pobre pibe, que obviamente no obedeció la orden.

SEÑORA: ...lo operan de cálculos en la vejiga... a mi hijo, viste que te dije que lo iban a operar, bueno de la vejiga lo operan, le van a "demoler" esos cálculos (a demoler!!!! Muuuuy buenaaaaaaa!!! jua jua!!!) y se los van a sacar, pero no lo van a abrir todo para operarlo, lo van a operar por arriba (?????), porque vos imaginate que si le bajan esos cálculos al PENE es dolorosísimo, o no?? Vos que tenés PENE te lo podés imaginar bien, no nene??...

Para ese entonces, el 90% de la cola paralela estaba tentadísima y nos mirábamos unos con otros porque no podíamos creer lo que estaba pasando. El pibe no sabía donde mierda esconderse, porque el calor que le estaba haciendo pasar la vieja era increíble. A todo ésto, le llegó el turno de ser atendida a la señora, pero como estaba tan enfrascada en la "conversación", la mina que estaba primera en la otra cola y mucho más atenta a la situación, la zamarreo de un brazo y le dijo: "señora, la están llamando a usted!!", " a mi???" dijo la vieja, "si, señora, a usted!!", "ay, pero que rápido se me pasó el tiempo... y todo gracias a vos hermoso que me has dado charla" le dijo al pibe apretándole los cachetes como si fuera un niño.

Yo creo que el pibe definitivamente quedó en estado de shok después de eso y me parece que antes de volver a hacer una cola, lo va a pensar mil quinientas veces... porque a veces hacer una cola, puede resultar sumamente traumático... "o no, nene???"





martes, 7 de diciembre de 2010

Uhhh... fin de año


Como sucede en todo fin de año, es inevitable que surjan espontáneamente los balances correspondientes a cada rubro: afectivo, laboral, económico, etc.
En mi caso el 2010 ha sido un año variadito, ha tenido de todo un poco y se ha caracterizado fundamentalmente por ser una año de cambios. Tal es así, que si tuviera que definirlo con una palabra diría "TRANSICIONES": cambié de provincia, de estado civil, de trabajo...
A continuación voy a poner por escrito, para darle oficialmente el carácter de perpetuos, los hechos que a mi criterio fueron importantes durante mi 2010:
Me mudé a Buenos Aires, memoricé el recorrido de la línea 92, fui a ver a Coldplay, me compré unas botas de cuero diviiiiinas, comencé a convivir con mi novio, me subí a la montaña rusa más heavy del Parque de la Costa (me cagué en las patas), me abrí un blog nuevo, me aprobaron el ante proyecto de la tesis, reemplacé mi antivirus, no me perdí ni un programa de Capusotto, leí el último de Harry Potter en 6 días, fui a dos casamientos, cambié mi color de pelo, hice un video para alguien que se quiso postular en GH 2011, vi a Tortonese por la calle, probé la comida china, la birra negra y me hice adicta a la palta con salsa de soja, cumplí años lejos de mi ciudad natal, falté al cumpleaños de mi mamá :(, volvía a ser una ama de casa desesperada (después de muchos años), ayudé a una viejita accidentada en la calle, hice los videos para el último show de mi novio, me reencontré con una amiga gracias a la lejanía, conocí el jardín botánico, escribí una canción, aprendí a jugar al PES 2011, dejé de pensar en la distancia, volví a estar conmigo, reviví una planta, sigo buscando trabajo y por suerte, ya no tengo que hacer 600 kilómetros para disfrutar del amor y hace mucho tiempo que no duermo sola, porque tengo en mi casa todo lo que necesito...

Si fue bueno??? Seeeeeeeeeee, fue bueno, agotador pero muy bueno... Los cambios tienen ese "no se que" que los hace irrestibles.