jueves, 28 de abril de 2011

¿Qué nos pasó, man?

Escuché por ahí que no se puede rechazar lo que aún no te han ofrecido.
Parece una obviedad, pero... ¿Cuántas veces nos han preguntado de manera hipotética si tomaríamos un empleo "X" (elijan el que quieran, no quiero herir susceptibilidades), a lo cuál hemos contestado que "NO"? Pienso: Que fácil decir que NO a eso que aún no ha ocurrido. ¿Por qué será? ¿Estoy hilando muy fino? ¿Se debe a que uno sabe lo que NO quiere? Yo creo que es demasiado pretencioso, simplemente porque no hemos atravesado la situación en cuestión. Habría que ver ese momento en el que nos viene realmente la propuesta, habría que ver nuestra reacción.
Por otro lado, ¿Cuántas veces hemos desistido de presentarnos en algún lugar por temor al rechazo? ¿Qué es lo peor que nos podría pasar? Ser rechazados, que dicho sea de paso, es la única certeza que existe frente a una duda y para la cual (paradójicamente) no estamos preparados a pesar de anticiparnos a ella con el pensamiento. Le tememos a la negativa, nos quedamos en el mismo lugar ("mejor malo conocido que bueno por conocer", dicen) y... ¿Qué nos perdemos? Lo mejor que nos puede pasar: el "SI". La posibilidad de cambiar, de encontrar lo que buscamos.
Entonces, va de nuevo... ¿A qué le tenemos miedo? ¿Al SI o al NO?

Para pensarlo....