viernes, 24 de agosto de 2012

Los sueños y las metas...

"¿Cuándo vas a volver a escribir en el blog?" Me preguntaba una mina que nada que ver en un sueño, y yo le daba toda una explicación de por qué no lo hacía, que estaba ocupada en otras cosas, que no tenía tiempo ni se me ocurría nada para escribir... hasta que le dije: "en realidad podría escribir sobre esto de por qué no escribo o, al menos, así podría comenzar..." Y fue tan real el sueño, que lo tuve que evocar como tal para darme cuenta de que era imposible que esa mina me preguntara semejante cosa, ya que nunca lo había leido o yo nunca me enteré de que lo hiciera.
En fin, de repente acá estoy, escuchando "Friday i'm in love", viendo por la ventana el espantoso día nublado, añorando el calorcito de ayer y preguntándome si escribo sobre los sueños o sobre lo bien que me hace la proximidad del verano. Y automáticamente se me ocurre hablar de lo que cuesta estar en donde uno quiere estar, pero de lo satisfactorio que es caminar hacia allí, sabiendo que pueden darse pequeños pasos que te acercan a tus objetivos. Cuesta, claro que si, pero si seguis remando algún redito te llega tarde o temprano. Y que lindo es cuando miras para atrás y ves que has conseguido algunas cosas, y cuando miras para adelante y no te asustás tanto, ni te desesperas, porque sabes que sos capaz de llegar a tus metas. El secreto, me parece, es no abatatarse, ir de a poco, hacer una cosa por vez, porque todo junto no se puede, te dispersa, te agota y terminas abandonando lo que sea que emprendiste.
Al final terminé escribiendo cualquier cosa, "brainstorming" si los hay, y contrariamente a lo que profesa mi oficio me he dejado llevar sin saber el final de esto, es decir, sin saber a dónde voy. Lo bueno es que esto es sólo un texto corto y no pasa nada si no sé a donde voy, porque está ligado al ocio y no al trabajo.
En cambio, es bien sabido que cuando uno escribe un guión, como en la vida misma, si no sabe hacia donde va está frito. Puede haber tantos caminos ha tomar como finales a escribir y si uno no elige uno de antemano puede estar años dándole vueltas a la misma cosa... y no es joda, eh?? Entonces, lo primero es visualizar el objetivo y después se empieza a contar la historia, el cómo se llega hasta ahí. Y en ese aspecto, es mucho más fácil porque todo lo que se escribe conduce de una manera u otra a alcanzar el descenlace de la historia. Nada de lo que está escrito está escrito porque sí, todos los caminos conducen a esa Roma que nos imaginamos desde un primer momento y así es como tiene que ser. Aún lo que parezca sin sentido tiene sentido al final y eso se ve justo ahí, en donde todo termina. 
La vida es como un guión o cada meta que nos proponemos lo es... si uno sabe el final al que quiere llegar se imagina la pelicula justa para hacerlo y no se distrae en el camino. Es difícil, sí, pero mientras más ejercicio se realiza, mejor se hace con el correr del tiempo y es muuuuy gratificante.

Bue, aparentemente me fui por las ramas, pero como todo tiene que ver con todo y algo estoy aprendiendo sobre este oficio de llegar a los finales, no es casualidad que a partir de un sueño en el que me cuestionaban por qué no escribía más en el blog, hoy esté terminando un texto que en breve será publicado. Evidentemente, esa era mi pequeña meta del día y la doy por concluida... :) 

 















-“Minino de Cheshire, ¿podrias decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?”
-“Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar” - dijo el Gato.
-“No me importa mucho el sitio…” -dijo Alicia.
-“Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes” - dijo el Gato.

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