jueves, 14 de febrero de 2013

Sobre “San Valentín… Yo sé quién es Valentín”

COLUMNA DE OPINIÓN (NOELIS, 68 AÑOS)
"En respuesta a lo que escribió Lucas la semana pasada, quiero decir que yo sé quién es Valentín. Aún siendo una vieja de 68 años, sé que Valentín es un producto del mercado que debe llamarse así en honor al oportunista que lo inventó y a quien una sarta de... “enamorados” le rinden culto económico en nombre del amor. Heceme el favor, querido... tal cual este señor lo debe haber planeado, todos los años una tropa desbocada sale a comprar desde chocolates hasta productos de los más costosos, para satisfacer las necesidades afectivas de sus parejas. ¿Podés creer? El amor tiene lugar a festejo una vez al año y bien gracias, el resto de los días son insignificantes, y la cotidianeidad, que es la que permite construir una dupla sólida, queda obsoleta. ¿Dónde se ha visto semejante pavada? Aquí señores, en este mundo. Sépanlo: el amor también es una mercancía que podemos obtener con dinero o en caso contrario, perderlo si no le destinamos un monto determinado en este día taaaaan “especial”, porque no es cuestión de arreglar la situación con una florcita robada de un jardín, eh?… Todo se mide en función de los regalos: mientras más invertimos, más amamos… aquí eso de “la intención es lo que cuenta” no corre. Tampoco vale obsequiar amor, ¡¡¡si al amor ya lo tenemos!!! ¿Para qué queremos más amor? Si lo que nos hace falta es un anillo, o un vestido, o un collar, o un celular, o un auto… ¡¡¡Salí de acá con el amor!!! Si no me lo puedo poner, ni me deja ningún beneficio que se pueda mostrar. 
Ahora... ¿No les parece que se han desvirtuado un poquito las cosas? Esto es como los que se casan y se preocupan más por la fiesta que por la unión de por vida; además, el estrés de que todo salga bien es tan grande que los novios no ven las horas de que pase de una buena vez, porque las novias están histéricas. 
El amor no se llama San Valentín se llama amor y punto. En el último de los casos lleva el nombre de la persona que elegimos tener al lado, en la que depositamos nuestro afecto, y no se festeja el 14 de febrero, se festeja cuando se lo merece y también se padece. ¿O creen que todo es rosa? ¡De ninguna manera! Hay momentos en los que pensar en un festejo agobia más que una crisis, hay momentos en lo que no se puede festejar porque no hay ganas de hacerlo, sea 14 de febrero o 2 de otoño. Basta de querer hacer una réplica de las novelas con nuestras vidas, esos amores no existen, no tienen lugar en la realidad y por eso están donde están: en la tele, en un mundo de fantasía. Los amores que conviven con nosotros, los tangibles, los reales, son aún mejores que los novelescos. ¿Por qué? Porque sobreviven a pesar de no ser rosados, porque no son “ideales” y siguen teniendo vigencia, porque van más allá de un festejo o un regalo, porque siguen en pie con lo bueno y con lo malo, esos son amores de verdad. Basta de aspirar a cuentos de hadas en los que las cosas salen siempre bien, el amor se hace fuerte con lo bello y con lo que no lo es tanto... si todo fuera fácil, lo construido sería débil, efímero y aburrido. ¿Cómo reconocer la alegría si nunca hemos sentido la tristeza? Las victorias tienen un sabor especial cuando nos ha costado conseguirlas. Hay que hacerse amigo de la cotidianeidad y no sentirla como un enemigo, porque si nos aburrimos o si nos dejamos de querer, no es culpa de ella sino de nosotros como pareja. Habrá momentos de éxtasis ilimitado y de llanura pampeana, también… eso es el amor, elegir a alguien como viene de fábrica, sin necesidad de resignarnos a eso, solo aceptando que nos hemos enamorado del combo y quizás al cambiarlo, ya no nos guste tanto… he dicho".
NOELIS, ARCHIVO: 14/02/09

1 comentario:

  1. Yo opino como tu... san valetin es un dia comercial para el mercado. El amor hay que celebrarlo todos los dias (mas)

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